Sin duda una ciudad verde, por excelencia es Copenhague. Esta ciudad se alzó con un proyecto ambicioso en donde el convertirse en la primera capital del mundo con cero emisiones de carbono y agua totalmente potable, objetivo que espera cristalizar de aquí a 2025. Paisajismo Digital trae para ti a la galardonada en los C40 Cities Awards como la urbe más verde de 2017, Copenhague.
Copenhague: Una revolución verde
Es importante entender cómo la capital de Dinamarca, Copenhague, se ha convertido en la ciudad más ecológica de toda Europa y del mundo. La región cuenta con casi dos millones de habitantes en toda el área metropolitana, quienes se han dado a la tarea exclusiva de mantener un entorno sostenible y saludable para la sociedad y especies que habitan en la zona. Para ello han enfocado todos sus esfuerzos a que escuelas, academias, universidades, empresas del sector privado y el público, junto al Gobierno de turno; canalicen sus enseñanzas, estudios, trabajos y labores sociales para reducir la producción excesiva de contaminantes y, al mismo tiempo, crear un entorno eco amigable.
La revolución verde en Copenhague es tema desde el año 1990 y, a partir de allí, gracias al proyecto que se ejecutó para reducir las emisiones de carbono, hasta ahora se ha conseguido eliminar un 40% del gas contaminante anualmente, todo esto gracias a los estudios y avances como pioneros del crecimiento ecológico en la urbe europea.
Para el 2017 y desde la década de los 80’s el producto interno bruto (PIB) de Dinamarca aumentó en un 80%, lo cual ha permitido que la economía del país y su capital favorezcan los proyectos eco urbanísticos que se ponen en marcha durante el año. La venta de energía eólica se ha convertido en el 20% de todas las exportaciones del país. Además, y como dato importante, el consumo de energético en Copenhague se ha mantenido en un nivel estándar desde 1980.
En la actualidad, la capital ha conseguido un asombroso 35% de consumo energético producido por renovables. Una de sus causas ha sido la construcción de la incineradora que trabaja para mantener a los ciudadanos bajo temperaturas cálidas gracias a la biomasa generada por la urbe y el reciclaje del 90% de sus desechos.
En el año 2017 miles de delegaciones del planeta se abrieron paso para visitar la State of Green, una entidad mixta manejada por el sector público y privado que fomenta los proyectos eco urbanísticos para combatir el cambio climático, ejemplificando a Copenhague como la pionera más eficaz en cuanto a la reducción de las emisiones de gases invernadero.
La bicicleta: El transporte más utilizado por los ciudadanos de Copenhague
Uno de los inventos más innovadores del siglo XVIII fue la bicicleta, la cual se ha mantenido aun en vigencia y, hoy día, está alcanzando mayor alcance en países desarrollados gracias a la conciencia ecologista y la versatilidad para transportarse en distancias cortas. Copenhague es la capital en donde el uso de la bicicleta prima al momento de decidir qué tipo de vehículo usar para trasladarse.
En la urbe verde, más del 50% de los ciudadanos usan la bicicleta para movilizarse por el centro de la ciudad, la cual goza de 350 km de calles especiales en toda la ciudad para que los ciclistas puedan transitar libremente sin el riesgo de los automóviles. En el vehículo a pedal, a través de los caminos para bicis, se puede llegar fácilmente al trabajo, al la Playa de Amager, al Parque de ciervos Jaegersborg, al Parque Urbano Superkilen, entre otros.
En todo el casco urbano, cerca del 90% de los representantes y padres llevan a sus hijos caminando o en bicicleta, cosa que reduce considerablemente las emisiones de carbono. Por otra parte, 1 de cada 3 habitantes hace uso continuo de la bicicleta para movilizarse en la ciudad.
Una de las estrategias más eficaces para reducir el uso de los vehículos a combustión fue la implementación de centros públicos gratuitos en donde las personas pueden tomar una bicicleta para transportarse con la condición de devolverla, dejando una moneda de 20 coronas (3 Euros) como fianza. Esta estrategia, además de las calles para bicicletas y su uso regular por parte de la mayoría de la población copenhagués, le ha dado durante dos años consecutivos el título, otorgado por Treehugger, de mejor ciudad para ciclistas del mundo.
Los techos verdes: una medida contra las emisiones de carbono
Una de las estrategias principales para neutralizar los gases contaminantes en la capital de Dinamarca fue la implementación obligatoria de techos verdes en toda la ciudad. Desde entonces se pueden ver azoteas con arbustos, jardines, plantaciones de hortalizas e inclusive senderos para que los habitantes gocen de la vista que ofrece Copenhague.
El Plan Climático de Copenhague fue fundamental para la inclusión de los techos verdes, y empezó a ejecutarse con las nuevas construcciones en la urbe, las cuales debían tener en sus azoteas al menos 30 grados de inclinación. Otras edificaciones como viviendas también debían incluir vegetación en la superficie de sus techos bajo los nuevos requerimientos de construcción reflejados en el Plan.
Los techos verdes no sólo mejoraron la calidad del aire en Copenhague, también funcionan como aislantes térmicos, herramienta que disminuyó el consumo de energía destinado para aires acondicionados y otros dispositivos reguladores de temperatura. Además, los jardines en azoteas absorben anualmente un aproximado del 60% de las precipitaciones, evitando posibles inundaciones y ahorrando grandes cantidades de agua potable.
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