Jardines de la Taconera
Este verde entorno de 90000 m2 se sitúa en las proximidades de las murallas de esta emblemática ciudad, conformando un lugar propicio para el descanso y el esparcimiento de sus habitantes y visitantes.
Los jardines de la Taconera acogen una flora diversa compuesta por plantas y árboles antiguos y exóticos diseminados por doquier. Quien se adentra en esta profusa vegetación, se encontrará con diferentes estructuras escultóricas de interés.
De esta manera, los paseantes que se adentren en estos espacios verdes podrán deleitarse con los arcos ojivales de Teobaldo II, con los arcos del triunfo, así como con esculturas diversas como, por ejemplo, la conmemorativa de la Mariblanca o el monumento al Julián Gayarre.
Por otra parte, se puede mencionar que en los jardines de la Taconera encuentran refugio una serie de árboles singulares entre los que es interesante citar un espécimen de acacia de Japón (Styphnolobium japonicum). También se localizan en este bello paraje individuos de sequoia (Sequoiadendron giganteum), ciprés de Arizona (Cupressus arizonica), laurel (Laurus nobilis), almeces (Celtis Australis) o hayas (Fagus sylvatica).
Además, en los jardines de la taconera existe un área delimitada por un recinto amurallado en el que diversas especies animales viven en semi libertad. En este lugar no falta un estanque en el que encuentran un hábitat interesante diferentes especies como, por ejemplo, el ánade real (Anas Platyrhynchos), el ganso del Nilo (Alopochen aegyptiaca), el Porrón moñudo (Aythya fuligula) o el cisne negro (Cygnus atratus).
De la misma manera, este entorno también acoge cisnes (Cygnus olor), pavos reales (Pavo cristatus), faisanes (Phasianus colchicus), reyezuelos (Regulus regulus), mirlos (Tudus sp.) gamos (Dama dama), conejos (Oryctolagus cuniculus) o ciervos (Cervus elaphus), entre otras especies.
Los jardines de la Taconera pueden visitarse a cualquier hora del día ya que están permanentemente abiertos para su disfrute. Cabe mencionarse que una de sus entradas se encuentra junto a otros jardines emblemáticos de Pamplona, los de Antoniutti, y se denomina Portal de la Taconera. Otro de sus accesos parte de la calle Bosquecillo, atravesando el Portal de San Nicolás.
Por último, sólo queda invitar a todos aquellos visitantes de Pamplona a perderse por los jardines de la Taconera. Es seguro que disfrutarán de un refrescante paseo por sus verdes senderos.