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La PROCESIONARIA, la gran enemiga del pino

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La PROCESIONARIA

La procesionaria, que debe su nombre al desplazamiento característico en hileras por parte de individuos del mismo grupo, es un insecto que pertenece a la familia Thaumetopoeidae, englobada en el orden Lepidoptera.

Este patógeno de nombre científico Thaumetopoea pityocampa ataca sobre todo a especies del género Pinus, Abies y Cedrus. Pero, también puede afectar a individuos del género Larix.

La mariposa de este lepidóptero no afecta a las especies arbóreas anteriormente mencionadas. Es la fase de oruga la que, al alimentarse de las hojas, causa verdaderos estragos en dichos árboles. Con el paso del tiempo las estructuras comidas se secan, generándose grandes defoliaciones.

procesionaria
Thaumetopoea pityocampa (Procesionaria) Fuente: http://hvprat.com/cat/

Es por ello que uno de los síntomas principales que la procesionaria del pino genera al asentarse en su huésped, es la aparición de mechones de acículas secas.

Secundariamente a esta pérdida abundante de hojas, las plantas afectadas ven disminuida su capacidad de crecimiento, presentan debilidad y, además, es más fácil que sean atacadas por insectos perforadores como, por ejemplo, el barrenador del pino silvestre (Ips acuminatus).

Por otra parte, es frecuente observar, conforme la época invernal avanza, la presencia de marañas similares a ovillos en las copas de los pinos afectados por la procesionaria.

Nidos de Procesionaria en Pino – Fuente: http://www.educandoagala.com/

Existen varios procedimientos para combatir la procesionaria del pino como, entre otros, la eliminación de los bolsones o el uso de trampas de feromonas.

De la misma manera, no hay que olvidar que este patógeno vegetal posee depredadores naturales. Un ejemplo de ello serían los pájaros insectívoros pertenecientes a los páridos (familia Paridae) como, por ejemplo, el carbonero (Parus major) y el herrerillo (Cyanistes caeruleus). De hecho, los herrerillos son capaces de cebarse con las orugas, e incluso abren los ovillos que la procesionaria forma a finales de invierno en los pinos.

En definitiva, los profesionales del sector tienen herramientas a su disposición para intentar atajar esta patología. Al resto sólo nos queda cuidar nuestros bosques de la mejor manera posible.

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