Walter De Maria fue uno de los precursores del land art estadounidense en la década del 60′. Radicado en Nueva York, el artista se caracterizó por su estilo minimalista y conceptual en pinturas, esculturas y obras que representaron un aporte fundamental para el crecimiento del arte paisajista en Norteamérica. En Paisajismo Digital repasamos lo más destacado del land art de Walter De Maria, escultor, ilustrador y compositor fallecido hace casi una década.
Breve biografía de Walter De Maria
Oriundo de Albany (capital del estado de Nueva York), Walter De Maria nació el 1 de octubre de 1935. Gracias a sus estudios de arte en la Universidad de California en Berkeley, entre 1953 y 1959, en la década del 60′ comenzó una trayectoria profesional que le llevó a recorrer buena parte de Europa durante las siguientes cinco décadas. Una vez llegó a Nueva York logró armar su primera exposición, en la cual se posicionó como precursor del arte efímero.
Fue así como el land art de Walter De Maria se dio a conocer en los Estados Unidos mediante obras realizadas en exteriores que tenían a la corriente conceptual y minimalista como bases. En ese sentido, sus esculturas buscaban reconectar al usuario con el entorno a través de la simpleza y majestuosidad que transmitían instalaciones de gran tamaño.
Asimismo, durante toda su trayectoria, el artista fue extremadamente meticuloso y perfeccionista. Los cálculos siempre debían ser exactos para utilizar los materiales, dimensiones y técnicas adecuadas a las condiciones del espacio a intervenir. Del mismo modo, la pulcritud de sus galerías le valió el reconocimiento internacional, siendo uno de los escultores paisajísticos más reconocidos de la segunda mitad del siglo pasado.
De Maria falleció el 25 de abril de 2013 en su residencia en Nueva York a causa de un accidente cerebrovascular. Tenía 77 años y ya estaba retirado de la industria artística, pero sus obras seguían constituyendo un referente para las nuevas generaciones de artistas del land art. A continuación, repasamos algunas de las obras más notables del artista estadounidense.
Así era el land art de Walter De Maria
La obra de Walter de Maria conjugó tres corrientes: el land art, el minimalismo y el arte conceptual. Partiendo de esa premisa, el artista apostó por las esculturas al aire libre, en donde los elementos naturales y la simplicidad caracterizaban creaciones majestuosas y efímeras en su mayoría. Michael Govan, director del Museo de Arte del Condado de Los Ángeles, le definió como «uno de los más grandes artistas de nuestro tiempo».
De acuerdo con Govan el trabajo de De Maria fue siempre «singular, sublime y directo». Varias de sus obras se conservan en la Dia Art Foundation de Nueva York, la cual fue presidida en su momento por el mismo Govan. El primer gran paso Walter en la industria artística lo dio con su exposición en la Galería Heiner Friedrich de Múnich (1968). A lo largo de casi 70 metros cuadrados, el estadounidense distribuyó de forma uniforme 45 metros cúbicos de humus y una capa de tierra de 60 centímetros de alto.
El objetivo era crear un entorno a lo largo de tres salas que permitiera al usuario reconectarse con la tierra como esencia de la vida. Las frases Pure Dirt (pura suciedad), Pure Earth (pura tierra), Pure Land (puro suelo) destacan en cada sala para ejemplificar la autenticidad y pureza del diseño. «Dios nos ha dado la tierra y nosotros la hemos ignorado», dijo De Maria a la prensa alemana durante la exposición que, más tarde, llevaría también a Darmstadt y Nueva York.
En su estado natal se conserva The New York Earth Room (1977), con 100 toneladas de humus requieren un intenso cuidado por parte de la Dia Art Foundation. La galería puede contemplarse solo desde la entrada principal, contrastando su tranquilidad y monumental extensión con el agitado paisaje característico de NY.
Principales obras del artista
Su aporte al land art norteamericano tuvo a The Lightning Field (Campo de relámpagos) como estandarte. Construido sobre una llanura zona semidesértica de Nuevo México, Estados Unidos, entre 1971 y 1977, esta obra monumental se compone de 400 postes de acero inoxidable de 6 metros de altura y separados por 67 metros.
La escultura debe su nombre por estar emplazada en un área frecuentada por tormentas. Los rayos son atraídos por los postes metálicos, creando un espectáculo natural fascinante en determinadas épocas del año.
A pesar de haberse colocado sobre un terreno irregular, todos los postes alcanzan la misma altura, denotando armonía y equilibrio. Este fue el último trabajo de Walter De Maria al aire libre, el cual le tomó más de dos años de cálculos en el terreno para crear un espacio geométrico impecable en medio del desierto.
El legado del land art de Walter De Maria
El legado del land art de Walter De Maria se resume en originalidad e irreverencia. En una época en la que la población joven estadounidense reclamaba paz, amor, y libertad, este artista buscó reconectar al público con el medio ambiente. Durante la convulsión social por las guerras y la inestabilidad política, el land art surgió como una bocanada de oxígeno para trascender los límites del arte tradicional.
Con la naturaleza como lienzo, De Maria logró crear obras impresionantes que marcaron la ruta a seguir para otros exponentes del land art en América, Asia y Europa. Con esculturas que invitaban a reflexionar sobre la evolución de la Tierra, el conceptualismo artístico y lo efímero de la vida, el oriundo de Albany logró posicionar al minimalismo como una forma de crear obras trascendentales.
Alguno consideró su estilo como autoritario. Nada más lejos de la realidad. Más allá de lo meticuloso de proyectos como The Lightning Field, el objetivo de la mayoría de sus trabajos fue fortalecer la relación del individuo con el espacio. No en vano, para visitar este ‘Campo de relámpagos’ en el Desierto de Nuevo México es necesario pasar al menos un día entero en el lugar, acampando allí. Una obra única en su estilo, planeada y ejecutada a la perfección por el artista estadounidense.
Conclusiones de un paisajista
Walter De Maria tuvo un período de producción artística de, aproximadamente, dos décadas de esplendor. Si bien se mantuvo activo hasta mediados de la década del 2000, la creación de esculturas monumentales mermó en la década del 80′. Sin embargo, el trabajo ya estaba hecho y sus galerías constituyeron un referente fundamental para la generación de exponentes del land art que siguen apostando por el arte paisajista como profesión.
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