La estación no se va a detener y el sector tampoco

Nota enviada por Marisa Sardina Febrel, Redactora Jefe ,Grupo TPI de Madrid

“Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”, son sabias palabras que recoge la lírica de Pablo Neruda y que vienen a la memoria cuando, a pesar de la grave crisis que acaece, el sector continúa resistiendo, inmerso en un frenético ritmo ferial, y con la mirada puesta en el avance inexorable de la estación de las flores.

La primavera es la época dorada para nuestro sector de las plantas y los espacios verdes, el juicio final de cada año donde se analiza si las estrategias elegidas han sido las adecuadas. De momento estos dos primeros meses del año presentan una agenda  salpicada de encuentros, congresos, seminarios, etc.: IPM Essen, FIMA Agrícola, Expogarden, Viveralia, Grass Yarn & Tufters Forum, Agroexpo, Fórum Verde, Urbest, Mercabarna Flor, entre otros. Todos ellos espacios que prometen ofrecer múltiples panorámicas de tendencias del área de la agricultura, la jardinería y el paisajismo. Cada encuentro supone una  oportunidad para contribuir al desarrollo del  sector, al establecimiento de relaciones comerciales y a una mayor competitividad.

Aunque, hoy en día,  algunas ferias y otros eventos adolecen de una revisión en su estrategia, estos espacios, en general, se configuran como mercados vivos de operaciones comerciales. Un espacio ferial permite concentrar la mejor fuente de información del sector y representa el mayor centro neurálgico para el intercambio de opiniones y tendencias. Pero debido a su importancia estratégica y a la proliferación de encuentros, son  herramientas que han de usarse de una forma óptima y rentable. En los últimos años han germinado numerosas opciones de carácter internacional, nacional y local. Ante tan prolífica oferta, la elección de a cuál de ellas acudir debería ser reflexiva y meditada.

Dentro del contexto de crisis generalizada en el que nos encontramos, resulta conveniente medir el potencial éxito atendiendo a razones como la antigüedad de la feria, el reconocimiento dentro del sector, la trayectoria, la dimensión, la periodicidad o el poder de convocatoria, ya que el ratio del coste por impacto real marca la clave de rentabilidad para la empresa que realiza una determinada inversión. Así, elegir la feria más adecuada para la promoción y consolidación de la imagen de la empresa resulta vital.

Es verdad que a veces se establecen juicios a priori sobre los posibles resultados negativos, o la incierta rentabilidad que podría generar el  desembolso para alquilar un stand, unido a los gastos de viajes, promotores, y merchandising. El miedo a la cifras en momentos de crisis a veces lleva a cotejar entre el análisis del potencial éxito que reportará una feria y la garantía que ofrecen herramientas comunicacionales como el correo electrónico o internet, presumiendo que con estas es suficiente para generar negocios, concertar citas, dar a conocer una firma o producto, todo ello sin valorar el contacto face to face que es, en definitiva, la fórmula  substancial para cerrar operaciones.  Encontrarse físicamente con posibles compradores y competidores continúa siendo, a pesar de la evolución del universo virtual, una herramienta imprescindible en cualquier estrategia  corporativa.

Sí es verdad que para que la participación en la feria sea exitosa es necesario trabajar antes, durante y después,  minimizando costes y maximizando ventajas. De hecho, tanto desde los comités de organización de las ferias como desde las empresas expositoras se hacen innumerables esfuerzos por seguir celebrando y participando. Además, en tiempos de crisis, es cuando más hay que participar, aunque como expositor, cada vez se sea más selectivo ante la coincidencia  de tantos eventos. La posibilidad de que organizadores, recintos feriales y asociaciones sumen esfuerzos en este asunto es indispensable si se desea parar la cuenta de ferias emergentes y extinguidas. A pesar de todo, la lectura de este ritmo de celebraciones nos hace ver que el sector no se para, que la primavera llega y que, como decíamos al principio de este editorial, esta estación no se va a detener…  y nosotros tampoco.