Jardines del Palacio de Dueñas, un verdadero orgullo para los sevillanos
Localizados en Sevilla, suponen un descanso y una fuente de frescor para los habitantes de esta ciudad andaluza durante los calurosos veranos.
Como dato curioso, fue vivienda del poeta Antonio Machado, quien nació en este Palacio, allá por el 26 de julio de 1875
El Palacio de Dueñas, construido entre los siglos XV y XVI, posee una mezcla de estilos gótico – mudéjar y renacentista. Actualmente, ostenta la figura de Bien de Interés Cultural y Patrimonio Histórico de España, siendo uno de sus mayores atractivos los jardines que lo rodean.
De hecho, desde la calle Dueñas se pueden observar los arietes donde limoneros (Citrus x limon), geranios (Pelargonium spp.), alivias (Clivia minata) y rosas (Rosa spp.), entre otros vegetales, engalanan los diferentes espacios.
También se podrá disfrutar de las buganvillas (Bougainvillea spp.) que adornan las paredes del palacio.
Además, en los jardines del Palacio de Dueñas no pueden faltar los arbustos de boj (Buxus sempervirens) que dan un una tonalidad verde característica al entorno. Así mismo, otro de los atractivos de este área natural es una higuera de origen australiano denominada Higuera de Bahía Moretón (Ficus macrophylla) y situada en las cercanías de un estanque.
Una mención especial merece el laurel de California (Umbellularia californica), planta que se sitúa en el patio central del Palacio de Dueñas, puesto que no se conoce de la existencia de ningún otro ejemplar de este árbol perenne en Sevilla.
Por otra parte, en los jardines del Palacio de Dueñas también podrá disfrutarse de otras especies foráneas como, por ejemplo, la jacobina (Jacobina carnea), que ofrece unas bellas flores de color rosa a finales de verano, o el cuerno amarillo (Xanthoceras Sorbifolia) procedente de China.
En resumen, El Palacio de las Dueñas de Sevilla merece ser visitado, no sólo por su interés histórico y arquitectónico, sino también por su atractivo naturalístico, esto es, por sus jardines. Así pues, merece la pena guardar un hueco para visitar este bello entorno. Seguro que quien se acerque a este lugar se llevará una grata sorpresa.
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