Éste es un ejemplo típico de algunas obras de ingeniería: aplicar soluciones a las consecuencias del problema y no a las causas.
Un talud inestable afecta a una carretera de alta montaña en una zona de alto valor natural y paisajístico en la comarca de Babia (León, España). La causa del problema como se puede observar en las fotografías es el desprendimientos y caída de materiales de gran tamaño sobre la carretera con el riesgo que supone para al tráfico.
La solución ejecutada consiste en controlar que los desprendimientos no alcancen la carretera, para ello se instala una malla a modo de red que detiene las rocas y que actualmente ya está deteriorada por los fuertes impactos de las mismas. En otras palabras, la solución se aplica a las consecuencias no al origen del problema que no es otro que la inestabilidad del talud.
Todos pensariamos que sin duda éste es un buen lugar donde aplicar las técnicas de bioingeniería para consolidación de taludes. Pero la pregunta es… ¿Es preferible controlar la caída de piedras a la carretera con la solución ya ejecutada o la alternativa de estabilizar el talud con técnicas de bioingeniería para impedir los desprendimientos?
Nota enviada por Rubén García: http://ingenieriayrestauracionambiental.blogspot.com.es/
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