La Tierra es un planeta en constante evolución que, gracias a la acción humana, puede acelerar o frenar sus procesos naturales. En las últimas décadas, los efectos del cambio climático han provocado condiciones extremas en algunas épocas del año, con inviernos y veranos mucho más intensos de lo habitual. Esto supone un enorme desafío para la jardinería y obliga a apostar por técnicas sostenibles. Una de ellas es el jardín de lluvia y en Paisajismo Digital te explicamos su utilidad y cómo construir uno en casa. ¡Vamos allá!
¿Qué es un jardín de lluvia?
Básicamente, un jardín de lluvia consiste en un sistema de captación de agua residual que permite redireccionar el flujo desde la superficie al subsuelo. Para ello, este tipo de jardines necesita un terreno en pendiente que esté separado, al menos, a 5 metros de la casa (si se trata de un espacio ornamental). El jardín se ubica en una zona excavada que simula un recipiente para almacenar líquido y redirigir el agua hacia un punto determinado
En ese sentido, estos jardines son vistos como pequeños estanques llenos de plantas en donde el agua drenará según el tamaño del espacio, su profundidad y las características del suelo. Para zonas muy lluviosas, esta técnica ayuda a optimizar el drenaje para proteger a las plantas. En el caso de regiones secas, ayuda a reutilizar el agua del riego para mantener hidratadas las especies.
Lo más común es que el terreno a intervenir tenga una pendiente de entre 4 y 5 %. Si ese es el contexto, bastará cavar un hoyo de aproximadamente 12 cm de profundidad para que las plantas puedan desarrollarse sin problemas. Si la inclinación oscila entre 8 y 12 %, la profundidad de excavación deberá alcanzar los 20 cm.
¿Cómo funciona este tipo de diseño paisajista?
Al ser una técnica sostenible de fácil ejecución, este tipo de jardines puede aplicarse en casi cualquier entorno urbano. Incluso en espacios reducidos, el jardín podrá captar pequeñas cantidades de agua que ayudarán a preservar las plantas aún cuando el clima sea muy hostil.
Si vas a construir un jardín de lluvia en casa, puedes hacerlo en un patio que esté en dirección hacia el alcantarillado de la calle. Así será más seguro el drenaje y, con una separación de al menos 5 metros de la estructura, evitarás que se dañen los cimientos de la residencia.
Básicamente, este diseño funciona gracias a la capacidad de absorción del suelo. El terreno captura agua de lluvia residual a través de capas creadas con sustratos que ayuden a almacenar una reserva líquida para que las plantas sobrevivan a la sequía o, en su defecto, para que el exceso de líquido durante la época lluviosa destruya las raíces por encharcamientos.
Al depender de la calidad del terreno, es clave realizar una prueba antes de construir el espacio verde. Para ello, puedes cavar un hoyo en el suelo de unos 20 cm de profundidad y llenarlo de agua. Si 24 horas después el agua ha desaparecido por completo, el terreno será apto para un jardín de lluvia.
En cambio, si al cabo de un día el agua no ha terminado de drenar, deberás optimizar la calidad del sustrato para que esta circule adecuadamente. Del mismo modo, la época lluviosa te ayudará a comprobar la calidad del drenaje en los días de lluvias intensas. En cuanto al tamaño, el mismo dependerá del espacio disponible y de las condiciones propias del lugar (tipo de suelo, clima).
Construye tu propio jardín de lluvia
Para construir jardines de lluvia, lo primero es determinar la inclinación del terreno. Si se trata de un terreno totalmente plano no será posible crearlo, pues el drenaje no será posible y el agua terminará acumulándose en un pozo que dañará las plantas. Lo ideal es disponer de una pendiente de al menos 4 % de inclinación para crear una depresión poco profunda que permita captar el agua superficial en las capas del terreno.
La pendiente puede ser natural (el terreno ya posee esta inclinación) o artificial (se excava y se colocan capas extras de sustrato para lograr la inclinación adecuada). Una vez determinado el porcentaje de inclinación se sabrá cuán profundo debe colocarse el jardín. Sigue este paso a paso para construirlo en casa:
- Verifica la capacidad del terreno para absorber agua.
- Ubica el jardín en el lugar por donde circula mayor cantidad de agua proveniente de tejados, canales y tuberías de aguas blancas.
- Cava a una profundidad promedio de 10 a 15 cm en el lugar donde sembrarás las plantas.
- Debes cavar de forma regular para que el terreno quede parejo, evitando que el agua se almacene en un solo punto.
- Coloca las plantas, dejando una separación de unos 3 a 5 cm entre especies para facilitar su crecimiento.
- Una vez sembradas todas las especies, riega el terreno generosamente (si no es época lluviosa) para comprobar la eficacia del drenaje.
Plantas que se adaptan a estos jardines
Lo ideal para construir un jardín de lluvia es sembrar plantas nativas. Estas se adaptan con mayor facilidad a las características del entorno y, a su vez, promueven la conservación ambiental. Además, estas especies requerirán menos mantenimiento, contribuyendo al equilibrio ecológico al atraer aves e insectos.
Estos, de hecho, ayudan a controlar el ataque de plagas y, en algunos casos, favorecen la polinización de las especies. A su vez, las plantas autóctonas retienen sustancias contaminantes, contribuyendo con la filtración del agua que ingresa al jardín.
Conclusiones de un paisajista
Los jardines de lluvia no solo favorecen el cuidado y mantenimiento de los espacios verdes. Este sistema de drenaje permite descontaminar el agua que llega a las redes de alcantarillado, atrapando sustancias que actúan como agentes contaminantes de ríos y lagos que, más tarde, terminan produciendo inundaciones por caudales desbordados.
Así, estos jardines sostenibles ayudan a cumplir los procesos naturales del denominado «ciclo natural de la lluvia». ¿Quiere conocer más sobre este y otros diseños de jardines ornamentales? Visita las redes sociales de Paisajismo Digital y recuerda que en nuestra Escuela Online tenemos los mejores cursos para que aprendas desde casa. ¡Hasta la próxima!