Kim Wilkie es un paisajista inglés, con más de 25 años de experiencia en la industria paisajista. Su trabajo se basa en el diseño conceptual de jardines a gran escala, en donde todos los elementos del entorno natural cobran importancia para su obra. En Paisajismo Digital repasamos la carrera del arquitecto británico, especialista en agricultura e historia.
Formación y primeros proyectos
Kim Wilkie estudió Historia en la Universidad de Oxford, antes de especializarse en arquitectura del paisaje. Una vez graduado como arquitecto paisajista en la Universidad de California, Wilkie regresó a su país, abriendo su propio estudio arquitectónico en Londres.
En 1989 comenzó a ejecutar sus primeros proyectos, los cuales le dieron, rápidamente, notoriedad en Europa. En ellos, Wilkie procura diseñar jardines y espacios abiertos que involucren todos los elementos del paisaje. «Los flujos naturales de las personas, la tierra, el agua y el clima» se mezclan con su visión del paisaje, «incrustándose» en el lugar a intervenir.
De esta forma, el paisajista inglés entiende que cada diseño marca «el patrón evolutivo» de cada espacio. Allí, la historia y la imaginación se conjugan con la arquitectura del paisaje para producir diseños que «unan al hombre con la tierra», creando espacios naturales que puedan considerarse como «un buen hogar».
Para Wilkie, es muy importante crear espacios con «propósito y sentido de pertenencia», en donde sea posible frenar el impacto ecológico de la modernidad.
Ejemplo de esta idea es su proyecto de restauración del Francis Bacon’s Walks y los jardines de Gray’s Inn en Londres (1996). En él, la premisa fue refrescar este histórico lugar mediante espacios verdes para la recreación de los visitantes.
De igual manera, su plan de regeneración para el centro de Brentford entre el Támesis y el Gran Canal de la Unión (Londres, 2000), tuvo como objetivo «introducir nuevas formas para fomentar la vida fresca y el comercio en este histórico lugar, sin comprometer su patrimonio urbano».
La filosofía paisajista de Kim Wilkie
El estilo paisajista de Kim Wilkie se caracteriza por el diseño de amplios espacios verdes. En ellos, el entorno natural prevalece al espacio urbano, respetando el valor arquitectónico de áreas históricas, pero también procurando rescatar el ecosistema local de lo que, comúnmente, se conoce como «jungla de asfalto».
Para Wilkie, el impacto ecológico del desarrollo urbano es uno de los principales desafíos a enfrentar en la humanidad. Entendiendo la necesidad de garantizar espacios que mejoren la calidad de vida, sin afectar el entorno natural, muchos de los proyectos del arquitecto británico incluyen jardines de grandes dimensiones.
Mediante los espacios verdes, Wilkie procura conectar a la sociedad con la naturaleza, creando conciencia de la importancia del patrimonio natural e histórico de cada área intervenida. Muestra de ello es su diseño de jardín para el Museo V&A de Londres (2004-05). Según Wilkie, «el diseño se basó en la simplicidad tradicional de un patio con jardín con el drama y la flexibilidad del escenario».
En este proyecto, el arquitecto creó una fuente elíptica en el centro del jardín, rodeada de liquidambars, céspedes, limoneros y maceteros de vidrio. Todo el jardín, explica Wilkie, «puede inundarse para crear una piscina reflectante poco profunda, o llenarse de niebla para la iluminación nocturna». Con este diseño se creó un nuevo espacio natural de esparcimiento para los visitantes del museo.
Su pasión por la agricultura y la historia, un gran apoyo para sus proyectos
La primera carrera de Kim Wilkie fue Historia. Esto marcó su estilo paisajista, ya que siempre se ha interesado por preservar el patrimonio histórico de las grandes ciudades. De hecho, muchos de sus proyectos se han preocupado, precisamente, por el rejuvenecimiento de espacios históricos, diseñando jardines y áreas verdes para mejorar edificaciones de gran valor urbano.
Sus intervenciones en los alrededores del río Támesis en Londres y en áreas históricas de Moscú son un buen ejemplo de ello. En la capital rusa, destaca el Jardín del Boticario de Moscú (1997-99), un lugar en donde ejecutó la restauración de los históricos jardines de Pedro el Grande y Catalina la Grande.
Asimismo, con el pasar de los años, Kim Wilkie se ha especializado en la agricultura. Sus últimos proyectos se enfocan en aprovechar la «agricultura regenerativa» para optimizar asentamientos urbanos.
Su trabajo en el Museo de Historia Natural de Londres (2014) se enfocó en crear un nuevo paisaje externo para el museo. La premisa del proyecto fue «demostrar cómo el agua, el suelo, el aire, los alimentos y la vida silvestre pueden sobrevivir en un espacio urbano». El proyecto destaca por su verdor, majestuosidad y el respeto a la estructura original del histórico edificio Waterhouse del Museo.
Últimas obras de Kim Wilkie
Gracias a sus trabajos y conferencias sobre la importancia de la agricultura y el patrimonio histórico, Wilkie fue premiado en 2017 por el Landscape Institute con el galardón «Urban Design and Masterplanning».
Entre sus últimos trabajos destaca el diseño para la nueva cara de la ciudad de Mascate, capital de Omán. La meta de este proyecto es «crear un nuevo distrito capital que sea totalmente sostenible en el clima, la cultura y el comercio de la región». En total, se intervino, entre 2014 y 2016, un área de más de 200 km, el asentamiento urbano para cerca de 300 mil personas.
Wilkie también se ha enfocado en la producción de libros, artículos y conferencias para explicar sus conceptos paisajistas. Su bibliografía y agenda próxima puede consultarse directamente en su web personal.
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Genio saludos desde chile