La sostenibilidad es el norte de la arquitectura mundial. Este objetivo establecido por la Organización de las Naciones Unidas, más allá del tema ambiental, plantea soluciones económicas al desarrollo urbano en contextos diversos. Luego de todo lo ocurrido en 2020, en Paisajismo Digital analizamos cómo la arquitectura sostenible en España se afianza como una vía funcional para enfrentar tiempos de crisis en la humanidad.
La inversión sostenible, al alza en el mundo
Schroders, multinacional británica de gestión de activos, señaló en su Estudio Global de Inversión 2020 que el 47% de los inversores mundiales apuesta, en este momento, por productos sostenibles. Esto representa un aumento de 5 puntos porcentuales con respecto a la estadística de 2018.
Y es que, en medio de la pandemia mundial del coronavirus, el mercado mundial de inversiones ha sentido de forma notable la recesión provocada por los meses de confinamiento. En este orden de ideas, Schroders encuestó a 32000 inversores provenientes de 32 países. Cerca de la mitad afirmó apostar por la sostenibilidad a mediano y largo plazo.
Con la arquitectura sostenible en España, muchos inversores esperan obtener márgenes de rentabilidad que permitan agilizar la recuperación económica a partir del segundo semestre de 2021, una vez logre controlarse el avance de contagios por Covid-19 en el mundo.
Los productos y técnicas amigables con el medio ambiente no solo permiten reducir costos y minimizar el impacto económico; también mejoran la imagen de las compañías. Una cara sensible ante los problemas del planeta y comprometida con el resguardo del entorno natural, sin duda, se traducirá en confianza por parte del consumidor.
Más allá de los tradicionalismos del mercado, la inversión sostenible no sacrifica la rentabilidad. Por el contrario, promueve el crecimiento a largo plazo de las compañías, una variable que los estadistas financieros suelen obviar porque en el mercado la inmediatez marca la pauta. En épocas de crisis como la que afrontó el mundo en 2020, pensar a futuro luce como la opción más sensata e inteligente.
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La arquitectura sostenible en España gana terreno
De acuerdo con un estudio realizado por el Banco Mundial, 32% del consumo total de energía y el 19% de las emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo provienen de la industria de la construcción. Así, en centros urbanos, los edificios residenciales y comerciales pueden consumir 42% de la electricidad y 21% del agua potable en una ciudad produciendo, además, cerca del 25% de las emisiones de CO2.
Ante esta realidad, la arquitectura sostenible en España minimiza el impacto ecológico del desarrollo urbano. Esto se da, principalmente, en regiones donde, en promedio, 8 de cada 10 habitantes resida en las ciudades. En la nación ibérica, el 45% de los encuestados por Schroders afirma apostar por la inversión sostenible.
Schroders afirma que el mercado español, hoy día, «se mueve mayormente por convicción, por encima de la rentabilidad». En este sentido, el impacto ambiental, la rentabilidad y la promoción de valores sociales figuran como las principales razones por la cual los inversionistas confían en la sostenibilidad.
«La sostenibilidad ambiental va de la mano con el compromiso social y la protección a sus empleados y clientes», concluye el estudio realizado por la firma británica. Por ello, la gestión sostenible representa una vía ideal para garantizar la rentabilidad a largo plazo. Esto cobra mayor relevancia en esta época de contracción económica que, para el Banco de España, puede derivar en una nueva «crisis financiera».
América y Asia también apuestan por la arquitectura sostenible a largo plazo
En América la construcción sostenible lleva años como una alternativa que genera rentabilidad a mediano y largo plazo. Según reporta el portal Dinero.com, en países como México y Colombia el uso de materiales y tecnologías sostenibles «ha permitido el desarrollo de obras arquitectónicas en zonas de bajos recursos».
Materiales como el PVC, por ejemplo, ayudan a construir estructuras más resistentes a la humedad. Asimismo, las edificaciones con sistemas de aislamiento térmico, paneles solares y materiales reciclables (como las casas contenedores construidas en ciudades como Bogotá y Barranquilla) ayudan a revalorizar el mercado inmobiliario, mediante construcciones amigables con el ambiente.
A su vez, en Asia y Oceanía la arquitectura sostenible se consolida como el presente y futuro del desarrollo urbano. Ciudades como Sídney y Shanghái son iconos de la sostenibilidad, apostando por grandes proyectos de renovación de áreas urbanas. Muchos de ellos incluyen la construcción de edificios inteligentes y autosustentables, así como de espacios verdes en grandes ciudades para mejorar la calidad del aire.
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Una conclusión paisajista
Invertir en sostenibilidad siempre valdrá la pena. Apostar por el desarrollo urbano con conciencia ecologista no implica sacrificar la rentabilidad. Empero, firmas arquitectónicas y constructoras pueden aprovechar la oportunidad de invertir en recursos sostenibles. Así podrán reducir costos de producción y optimizar su trabajo integral.
Luchar por reducir los índices de contaminación y los efectos del cambio climático debe imperar por encima de las estadísticas mercantiles. En Paisajismo Digital tenemos la convicción de que promover prácticas como el reciclaje, el consumo energético, las bajas emisiones de CO2 y el respeto hacia los ecosistemas hace la diferencia.
Con la arquitectura sostenible en España y otros países enfrentar tiempos difíciles será menos costoso. La rentabilidad a largo plazo está garantizada siempre que la naturaleza prime sobre el mercantilismo.
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