Michael Warren nació en Dublín en 1950 y completó sus estudios en la Academia di Belle Arti de Milán. Trabaja en bronce, madera, piedra, acero y hormigón y ha creado algunas de las más interesantes esculturas públicas de las últimas décadas.
El título, M-7 23, hace referencia a las iniciales del escultor: detrás de la M, los números 7 y 23 representan la posición en el alfabeto de las letras G y M —Michael George Warren—. De este modo, la obra puede considerarse como un homenaje a la diseñadora y arquitecta modernista Eileen Gray (1878-1976), y especialmente a su casa de la playa, E-1027, construida en 1929 en Roquebrune Cap Martin, en el sur de Francia.
Se trata de una obra compuesta por nueve cubos de acero modulares que, a modo de una especie de escritura jeroglífica, se extienden más allá de su propio espacio, incitando al ojo a leer y a disfrutar de la infinidad de posibilidades visuales y cómputos formales que impregnan el entorno por completo.
No hay dos cubos exactamente iguales: la combinación de agudas incisiones y rebajes en las formas rectilíneas crea una danza ritual, rotatoria, de luces y sombras, de formas y espacios, que provoca una sensación casi física de calma y grandiosidad. En última instancia —y de un modo muy característico en la obra del escultor irlandés— M-7 23 es un trabajo de reflexión: expresa la interacción entre la experiencia sagrada y la profana, y lleva en sí la promesa de su propia contemplación.
Fuente: textos y fotografías CDAN.
Es fantastico visitar sitios como este, me fascina leerla en el sofa en mi hogar.