Sí hay una ciudad modelo de planificación urbana paisajista sostenible, esa es Curitiba, la principal ciudad del sur de Brasil y capital de Paraná, urbe que desde los años noventa se ha consolidado como la ciudad brasileña con mejor calidad de vida y la más limpia de Sudamérica. En Paisajismo Digital te llevamos a conocer la joya del altiplano paranaense.
Ecología y sustentabilidad: Claves del éxito de Curitiba
Hace 30 años, el gobierno del arquitecto y político Jaime Lerner quería preparar a Curitiba para el venidero siglo XXI, pero no querían sacrificar su patrimonio natural ni su acervo cultural. ¿Cómo modernizar la ciudad? Mediante una planificación urbana basada en el desarrollo sostenible. Estas eran las claves del proyecto:
- Los edificios debían rodear la naturaleza, no al revés.
- El casco histórico de la ciudad solo tendría acceso peatonal.
- Perfeccionar el sistema de transporte con el apoyo de la empresa privada.
- Los rascacielos siempre debían tener fachadas y terrazas verdes para ahorrar energía.
- Orientar a la ciudadanía para colaborar con el mantenimiento y conservación del patrimonio urbano.
- Además, se crearía un sistema de parques para optimizar el drenaje de la ciudad.
¿Cuáles serían los beneficios? Elevar la plusvalía de la ciudad, promoviendo la inversión comercial y el turismo. ¿Cómo convertir la utopía en realidad? Mediante el correcto funcionamiento de las políticas administrativas, poniendo la lupa en las finanzas para asegurarse de que las ganancias siempre se invirtieran en el desarrollo de la ciudad, evitando las clásicas corruptelas.
30 años después los resultados son ampliamente satisfactorios: 52 metros cuadrados de áreas verdes por persona, el mejor sistema de transporte público de Sudamérica – con capacidad para cubrir el 100% de la población -, más de un millón de árboles sembrados en vías y carreteras y una red de 28 parques y bosques. El desarrollo ecologista permitió convertir a Curitiba en una ciudad preciosa y eficiente.
Recientemente, Curitiba ha sido reconocida en diversos informes que miden el nivel de sostenibilidad de las ciudades más importantes de Latinoamérica, entre ellos la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura -FAO- (2014), la revista The Economist (2015) y la multinacional alemana Siemens (2015). En reiteradas ocasiones ha sido reconocida como una de las ciudades más verdes y limpias de Latinoamérica, a la par de Bogotá.
El transporte público, la columna vertebral de su urbanismo ecológico
Con una inversión 100 veces menor a lo que costaría una línea de metro, el gobierno de Curitiba ha logrado perfeccionar su sistema de autobuses biarticulados, populares por su color rojo, que tienen su propio carril con estaciones forjadas por tubos metálicos y su propio sistema de semáforos.
Todas las rutas de autobuses están estratégicamente interconectadas entre sí y se complementan con el metro y el tranvía, por lo cual el servicio de transporte es extraordinario. Ello contribuye a reducir el tráfico vehicular; tener un coche en Curitiba es, prácticamente, un lujo innecesario. Además, el sistema de transporte biarticulado pertenece a un conglomerado de empresas privadas que contribuyen a optimizar las finanzas de la municipalidad.
El sistema de vías va de este a sur, recorriendo la ciudad de palmo a palmo mediante dos ejes lineales y dos curvos. La red integral de transporte fue distinguida en el año 2010 por la Globe Sostenible City Award como la más sustentable del mundo. Su diseño fue utilizado en Ciudad de México y Bogotá.
Su sistema de parques, emblema de la ciudad
El pulmón urbano de Curitiba lo constituye su sistema de parques, que abarca un promedio de 50 metros cuadrados de áreas verdes por cada habitante. La mayoría de estos parques y jardines se han establecido en zonas de antiguas canteras y áreas industriales que han contado con el resguardo de la ciudadanía.
Un total de 28 parques distribuidos estratégicamente ayudan a descontaminar la atmósfera de la ciudad, promoviendo la conservación de las plantas y la limpieza de los espacios públicos.
Curitiba no tiene una extraordinaria infraestructura paisajística, pero sí una increíble armonía urbana, verde, libre de estrés y moderna, en donde cada cosa pareciera estar en su lugar preciso y todos los detalles están debidamente cuidados: desde los carteles de señalización hasta el color de sus edificios.
No en vano fue la primera ciudad del mundo en obtener grado de calificación LEED (Leadership in Energy & Environmental Design), un sistema de certificación de edificios sostenibles creado por el Consejo de la Construcción Verde de los Estados Unidos (US Green Building Council), esto gracias a su sistema de parques y áreas verdes.
La cultura ciudadana hace la diferencia
El plan ecológico de esta urbe brasileña ha tenido como premisa diseñar una ciudad para sus habitantes, no para las máquinas. Al ver los resultados de una administración eficiente, los ciudadanos se han adaptado a las políticas ecológicas, ayudando con las labores de reciclaje (allí se recicla el 70% de la basura) y promoviendo el intercambio en las zonas de bajos recursos, en donde es posible cambiar basura reutilizable por productos y servicios.
Curitiba posee más de 100 kilómetros de carriles para ciclistas. En promedio, 7 de cada 10 ciudadanos se moviliza en bicicleta y el 70% de la población no depende de sus vehículos particulares, ayudando considerablemente con la disminución del tráfico y, por ende, la generación del terrible dióxido de carbono (CO2). La movilidad ecointeligente hace la diferencia, así como la educación de sus ciudadanos.
Proyecto Colmena: Las bases para preparar el relevo ecológico
La Fundación para el Desarrollo Colaborativo (FUDECO) ha reunido a un nutrido grupo de jóvenes provenientes de Curitiba y de las ciudades argentinas Chaco y Misiones para presentar un proyecto que busca no solo promover sino también gratificar el reciclaje urbano. ¿Cómo? Cada persona que colabore con la separación y limpieza de residuos en sus hogares, así como con la donación de materiales para recuperar, recibirán criptomonedas que podrán cambiar por productos y servicios de las empresas que acepten formar parte del proyecto.
Con los materiales reciclados se podrán fabricar hilos para impresoras 3D y techos de poli-aluminio. Todos los interesados en unirse al Modelo Colmena pueden registrarse en la web http://www.proyectocolmenar.org/ para comenzar a donar latas de aluminio, envases plásticos y tetra bricks en buen estado. Además, se pueden realizar donativos económicos para contribuir con la logística: operar las máquinas de tratamiento residual, conseguir los medios de transporte y establecer los centros de acopio. La colaboración y el intercambio digital son el motor del proyecto.
Curitiba ha dado el ejemplo al mundo entero, demostrando con creces que con una buena planificación y una administración pública honesta es posible construir un mundo mejor para todos, sin necesidad de sacrificar el patrimonio natural y cultural para competir con la globalización.
Desde Paisajismo Digital invitamos a seguir la línea de este paraíso brasileño para que juntos podamos diseñar, siempre de forma amigable con el ecosistema, la sociedad del futuro.
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