Richard Serra es uno de los principales exponentes del land art estadounidense. Desde mediados de los años 70 se adhirió a la corriente abstracta y minimalista para, una década más tarde, consolidarse como escultor monumental. Su obra ha sido tan admirada como resistida por muchos y, en este artículo de Paisajismo Digital, repasamos lo más destacado de la trayectoria de este artista de ascendencia española. ¡Vamos allá!
Breve biografía de Richard Serra
De padre español (mallorquín) y madre ucraniana, Richard Serra nació en San Francisco, California, el 2 de noviembre de 1938. Después de completar la preparatoria, Serra estudió Literatura en la Universidad de California en Berkeley y Santa Bárbara (1957-1961). Durante esos años trabajó en una acerería, un trabajo que tendría gran influencia en su carrera artística.
Y es que, en medio de los altos hornos de las fábricas de acero californianas, Richard aprendió a dominar el corten, un tipo de acero más resistente a la oxidación que el acero común gracias a su alto contenido de cobre, cromo y níquel, si bien es un material que puede generar problemas a ciertas superficies al aire libre sin el mantenimiento adecuado.
Al culminar su carrera literaria, Serra cursó estudios de Arte en la Universidad Yale (1961-1964). Entonces, ya había decidido que lo suyo era la escultura, principalmente después de una breve estancia en Florencia (Italia). En esa etapa conoció a exponentes del arte estadounidense como Philip Guston, Jasper Johns, o Frank Stella, siendo partidario de la corriente minimalista.
«Lo importante de esos primeros tiempos era el proceso creativo, no el resultado final», dijo el artista en una entrevista con ‘ABC’. En sus inicios trabajó con materiales como el cuero, el neón o el plomo para plasmar obras abstractas en donde predominaba el equilibrio. En su serie Belts (1976), el artista colocó varios cinturones metálicos suspendidos de un muro como figuras blandas y retorcidas. Veamos algunas de las obras más notables del land art de Richard Serra a continuación.
Monumentalidad y minimalismo: Así es el land art de Richard Serra
Una de las primeras obras famosas de Richard Serra fue One Ton Prop (House of Cards, 1969), escultura integrada por cuatro placas de metal de 122 por 122 centímetros, apoyadas unas sobre otras en perfecto equilibrio. Este trabajó marcó el comienzo de sus obras fabricadas con acero, así como las series de instalaciones interiores de grandes dimensiones gracias al apoyo de ingenieros estructurales.
En ese sentido, el artista definió tres conceptos básicos para su trabajo: peso, masa y gravedad como escultura. La búsqueda del equilibrio a través de estructuras monumentales se convirtió en una constante, pasando gradualmente del minimalismo al land art y los denominados site works. Allí, el escenario forma parte de la pieza y la escultura misma representa una intervención, algo que transforma el lugar sin alterar su diseño original.
Con Title Arc (1981), un muro de acero de 3,5 metros de altura curvado suavemente en la plaza federal en Nueva York, Serra dio un paso adelante en su carrera artística. La obra fue derribada ocho años más tarde debido a los reclamos de ciudadanos que se quejaban al no poder atravesar directamente dicha plaza por la escultura. Finalmente, la obra fue trasladada a un parque público, perdiendo todo su atractivo.
A pesar de este revés, Richard continuó con sus exposiciones en América y Europa, dando lugar a varios trabajos con pintura sobre lienzos negros y la producción de películas en 16 mm., algo que ya venía trabajando desde finales de los años 60. En 1986, el artista presentó Porten i Slugten, una instalación permanente exterior en Dinamarca, además Equal–Parallel: Guernica–Bengasi en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid. La obra de 36 toneladas fue robada en 2005 y Serra obsequió una réplica tres años más tarde.
Principales obras del land art de Richard Serra
Fue así como el land art de Richard Serra se acostumbró a lidiar con los desafíos que le imponía cada lugar y material. El no poder rodear una muralla o encontrar la salida en un laberinto. Tampoco poder cruzar la sala de una galería ni lograr acomodar una gran placa sobre un delgadísimo trozo de metal. A esto se expuso el artista en muchas de sus obras, unas criticadas por su tamaño y peso. Otras tantas admiradas por lo complejo de su ejecución y su fantástico aspecto.
El artista ha destacado con numerosas esculturas repartidas por todo el mundo, Fulcrum (1987) en la entrada del metro de Liverpool, en Londres; Charlie Brown, para la central de Gap Inc., en San Francisco (2000), o Tuileries and Obalisque, en París (2008) son algunas de sus obras más notables de las últimas cuatro décadas.
En el verano de 2005, Serra regresó a su natal San Francisco para instalar su primer trabajo público en esa ciudad. La obra estuvo integrada por dos láminas de acero de 50 pies de altura de 160 toneladas en el espacio abierto principal del nuevo campus de la Universidad de California en San Francisco. En ese mismo año, inauguró la obra Five Plates Counter Clockwise Pentagon en la entrada del Museo de Bellas Artes de Bilbao.
El legado del land art de Richard Serra
Resumir el legado del land art de Richard Serra en la creación de esculturas imponentes o galerías impactantes no hace justicia a su trayectoria artística. Con cada obra, el estadounidense lleva al usuario a recorrer pasillos imprevistos. A transitar espacios anchos, estrechos, altos y bajos. El espectador puede admirar cómo se transforma el metal en arte mientras reflexiona sobre la vida misma.
Su obra evoca la conciencia física que, a menudo, pasamos por alto en este plano. Por naturaleza, somos materia en constante cambio y evolución junto al entorno. Un entorno que debe respetarse, cuidarse y preservarse. No en vano, muchas ciudades del mundo han reconocido su trayectoria.
Reconocimientos como el doctorado Honoris Causa por las universidades de Yale, Londres y Navarra. También la insignia de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia y España, junto con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, son una muestra de ello.
Conclusiones de un paisajista
A lo largo de su trayectoria, Richard Serra ha sido conocido en el mundo artístico como el ‘mago del acero’. Pocos escultores dominan con tanta maestría este material para producir obras de magnitud similar. «Viendo la obra de Velázquez me di cuenta de que quería explorar la relación entre objeto y sujeto. Quería colocar el sujeto en la percepción del movimiento de quien ve la obra. Ese fue el mayor descubrimiento de mi vida», dijo a ‘ABC’ al recordar sus inicios como artista en una visita al Museo del Prado. Más allá de sus raíces españolas, sin duda el arte ibérico y europeo influyeron en su trayectoria.
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