En ocasiones, el reducido espacio de los balcones o de las áreas verdes de las ciudades, hace imprescindible la poda de los arbustos que ornamentan estos lugares.
De esta manera, además se puede potenciar que estos arbustos florezcan con mayor profusión o que el follaje se desarrolle con un mayor colorido.
¿Cuándo realizar la poda de los arbustos de nuestro jardín?
A la hora de realizar esta actividad es indispensable tener en cuenta que la poda deberá realizarse después de la floración de la planta.
Esto es, en aquellos casos en los que los vegetales adquieren sus flores en primavera (floración primaveral), la poda de estos arbustos se realizará entre los meses de mayo y junio. Este es el caso de los membrilleros de Japón (Chaenomeles japonica). Otras plantas que pueden ser podadas en junio son los arbustos de boj (Buxus sempervirens), aligustre (Ligustrum vulgare), tejo (Taxus baccata), o el acebo (Ilex aquifolium).
Los arbustos que dan flores en verano y otoño (floración estival u otoñal) deberán ser podados en invierno, por ejemplo en febrero o marzo. Este es el caso de los arbustos caducifolios y de los rosales.
¿Qué fases hay que seguir para realizar una poda correcta?
Una etapa de gran relevancia es la liberación, durante los meses de invierno, de ramas muertas, estropeadas, rotas o con hojas enfermas.
De la misma manera, pasada la floración, se puede rejuvenecer la planta, eliminando las ramas de más edad. Además, realizando esta limpieza haciendo hincapié sobre las ramas centrales del arbusto, se favorecerá la entrada de aire a esta área.
A la hora de realizar esta actividad, es importante elegir bien el punto de corte, siendo el adecuado un lugar inferior de la rama situado, a su vez, por encima de un brote joven.
Así pues, con una sencilla acción los arbustos del jardín pueden obtener una silueta limpia y despejada, además de lograrse una planta sana y vigorosa. Por tanto, es importante apuntar este tipo de tareas en la agenda para promover que nuestro jardín permanezca bello y saludable.
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