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Impacto de la agricultura urbana en España

agricultura urbana en España
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El crecimiento de las ciudades durante el último siglo ha generado múltiples problemas sociales. Según Naciones Unidas, hoy día alrededor del 80 % de la población europea vive en asentamientos urbanos, lo cual ha impactado notablemente en las cadenas de consumo y la calidad de los servicios básicos (agua potable, electricidad, telecomunicaciones). Sin embargo, a pesar del desarrollo tecnológico, la agricultura urbana en España ha recuperado importancia previendo complicaciones socioeconómicas mucho más agudas en el futuro.

A continuación, en Paisajismo Digital repasamos la evolución de la actividad agrícola en las grandes ciudades en los últimos años, gracias a técnicas de cultivo residencial que facilitan la producción sostenible de frutas, verduras y hortalizas básicas.

Breve historia de la agricultura en ciudades

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) propuso en 1999 implementar el término “agricultura urbana y periurbana (AUP)” para referirse a la producción de rubros agrícolas dentro de los límites o alrededores de las ciudades. Allí se incluye el procesamiento de productos agropecuarios, pesqueros y forestales, aunque el foco apunta a las actividades desarrolladas por ciudadanos que no son agricultores.

Desde la antigüedad, muchas personas apostaron por cultivas verduras en casa como alternativa a los problemas para conseguir alimento en las ciudades. En Europa, a finales del siglo XIX comenzaron a construirse ciudades jardín en países como Inglaterra y Francia. Asimismo, el estallido de la Primera y Segunda Guerra Mundial impulsó el desarrollo de la agricultura urbana en los países beligerantes. Esto tenía que ver, principalmente, con la crisis económica y la necesidad de alimentar a los ejércitos.

Cómo ha evolucionado en España la agricultura urbana

En España, por su parte, en la recta final del siglo XX se intentó emular las iniciativas desarrolladas en Estados Unidos e Inglaterra, principalmente. Ya en la década del 90′, proyectos como el Forat de la Vergonya (Jardines del Agujero de la Vergüenza) en Barcelona y el Huerto del Rey Moro en Sevilla rescataron la idea de huertos sostenibles para recuperar la producción local y promover la resiliencia en las grandes urbes.

En ese sentido, el siglo pasado denotó los diferentes propósitos de la agricultura urbana en España. Durante la primera mitad, en el período de entreguerras, los huertos urbanos se desarrollaban con fines políticos y de subsistencia. De 1970 en adelante tomó fuerza el concepto de autogestión y educación ambiental, mientras que en los 90’s se afianzó la premisa de sostenibilidad urbana. Veamos de qué va, hoy día, la agricultura urbana en la Península ibérica.

De qué trata la agricultura urbana en España

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Exposición de calabazas cultivadas en el Real Jardín Botánico de Madrid. Foto: https://rjb.csic.es/

En España, el 17 de octubre de 1755, el rey Fernando VI ordenó la creación del Real Jardín Botánico de Madrid, siendo este uno de los primeros pasos para la agricultura urbana en España en la modernidad. Actualmente, el complejo cuenta con un huerto con un gran número de especies, perfectamente clasificadas, entre las que se encuentran cereales, leguminosas, solanáceas (lechugas), cucurbitáceas (calabazas, pepinos), umbelíferas (zanahorias), frutales, palmeras plataneras y datileras, entre otras plantas de consumo básico.

A su vez, durante la dictadura de Francisco Franco (1936-1975), el Instituto Nacional de Colonización (INC) ordenó en 1950 la creación de huertos familiares de carácter marcadamente rural para la subsistencia citadina. Desde entonces, la agricultura ecológica se transformó en una alternativa sostenible con objetivos como:

  • La propia subsistencia.
  • La mejora de la alimentación.
  • El complemento de la renta familiar.
  • La preocupación por consumir productos ecológicos con bajo coste.
  • El ocio y el esparcimiento orientados a la jardinería.

Tomando esos objetivos como punto de partida, los últimos 40 años han servido para reforzar a la agricultura urbana como solución a la inseguridad alimentaria y las épocas de crisis financiera. Ya no se trata, simplemente, de contar con un pequeño huerto en casa. Existen proyectos de carácter local o regional, que cuentan con la participación de las ONG y de los ayuntamientos para impulsar los cultivos locales.

Por otra parte, durante el confinamiento por el covid-19, los huertos urbanos recalcaron la importancia de la relación intergeneracional y la convivencia vecinal, así como la importancia de la conciencia ambiental y la ecología a través de la horticultura. Todo esto genera también empleos y soluciones alimentarias seguras, principalmente para los sectores más vulnerables.

Impacto de la agricultura urbana en España

La FAO asegura que la agricultura urbana reduce la necesidad del transporte alimentario, reduciendo la dependencia de la ciudad de los combustibles fósiles, al tiempo que merman las emisiones de CO2 y otros gases contaminantes. Del mismo modo, expertos en salud mental coinciden en que, emocionalmente, la actividad agrícola en casa mejora la autoestima a través del trabajo en grupo y las relaciones personales, junto con la asignación de tareas específicas.

En España, ciudades como Madrid han recuperado espacios abandonados en ciudades con la construcción de huertos. Ejemplo de ello es el Huerto de Monte Carmelo, una iniciativa de la Asociación de Vecinos que pretende consolidar un recurso permanente a largo plazo para la comunidad. Asimismo, la huerta sirve de espacio común para la colaboración e implicación ciudadana a través de la sostenibilidad en un área de 1.036m2.

Funciones de la agricultura urbana

Entre las principales funciones de la agricultura urbana podemos señalar:

  • Sociales: Fomentar la participación ciudadana y el arraigo territorial.
  • Ambientales: Promover la conservación del paisaje y las prácticas ecológicas.
  • Paisajísticos: Recuperar espacios abandonados y/o degradados.
  • Saludables: Auspiciar la alimentación sana, la recreación y el esparcimiento.
  • Económicos: Generar empleos comunitarios y rescata el autoconsumo.

Beneficios de la agricultura urbana

En cuanto a sus principales beneficios, destacan:

  • Incrementa la producción de alimentos básicos frescos y de calidad.
  • Mejora el paisaje a través de técnicas sostenibles.
  • Ayuda a los ciudadanos a involucrarse con proyectos de desarrollo local.
  • Permite reducir los niveles de contaminación en áreas habitacionales.
  • Descarta la dependencia absoluta de las cadenas de producción y distribución.

Conclusiones de un paisajista

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Huertos caseros

La agricultura urbana en España ha crecido mucho en los últimos años. Diversas comunidades en grandes ciudades como Barcelona, Madrid y Sevilla han impulsado el desarrollo de iniciativas comunitarias para crear huertos locales. A su vez, arquitectos e ingenieros ven a a los cultivos urbanos como un aliado para diseñar ciudades más verdes, más agrícolas y más autosuficientes.

El paradigma está cambiando. El campo y la ciudad están cada vez más cerca. Más que una tendencia, es una solución sensata en tiempos en donde los recursos naturales apuntan a ser cada vez más escasos. ¿Quieres saber más acerca de este tipo de iniciativas? No olvides seguir nuestras redes sociales para no perderte ninguna de las actualizaciones del blog.

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